APRENDI
De tanta soledad aprendí a alejarme y vivir mi felicidad} a escondidas. Aprendí a aceptar que la lejanía cura y que la soledad purifica el alma. Aprendí a querer con los sueños, a dar en poesía el amor. Aprendí a besarme la muerte con el beso de la vida y vivir a prisa el dolor. Sabiendo que cada amanecer comienza mi vida nueva y seré polvo al atardecer. Autor Pilar Vega Rodríguez comoescribeunangel.blogspot.com