En la arena dorada del alma errante,
camina el pastor con mirada brillante.
No busca oro, ni joya ni fama,
sino el susurro que en su pecho llama.
El viento le habla con lengua secreta,
las estrellas guían su ruta discreta.
Cada señal, cada piedra caída,
es parte viva de su propia vida.
El alquimista, sabio del desierto,
le muestra el fuego que arde en lo incierto.
“No temas perder, ni morir ni errar,
pues todo es parte de aprender a amar.”
Transforma el plomo de su antigua pena
en luz que brota como luna llena.
La piedra filosofal no está lejos:
es el corazón, si lo miras sin espejos.
Y al final, cuando el tesoro aparece,
no está en las tumbas ni en lo que perece.
Está en la tierra que siempre pisó,
en el amor que nunca olvidó.
Autor Luis Alberto Morales guerra.
seudónimo Luis Alberto del Alba.
reservado todos los derechos de autor.
escrito en Casablanca Valparaíso Chile.