MALENA

"Malena pensaba en la historia del hombre, mientras subía en el ascensor al cuarto piso.

Al bajar, se dirigió a la habitación en que Matilde pasaba su último día de internación. 

Cuando abrió la puerta, una mujer anciana, con su cabello totalmente blanco recogido en un rodete muy prolijo, se encontraba sentada junto a ella. 

Ni bien cruzó su mirada con la mujer, le llamaron la atención los ojos, del mismo color que los de Malena, pero tan nublados de tristeza como los del padre.

--Abuela, es la doctora de la que te hablé. 

--Buenos días doctora--saludó la mujer poniéndose de pie y tendiendo afable su mano derecha.

--Buenos días--respondió Florencia--no sabía que también tenías abuela y me alegro por vos, yo quise mucho a la mía.

--Usted debe creer que soy mentirosa--le contestó Malena comprendiendo la ironía de las palabras de la médica. 

--No. No creo que mientas. Creo que tal vez, no te das cuenta de que las personas hacen lo que pueden en la vida, sobre todo cuando se trata de enfermos alcohólicos.

--Si se refiere al borracho de mi padre, yo no lo considero un enfermo y de eso no quiero hablar.

--Está bien--le dijo Florencia--no vine a obligarte, pero creo que como tu médica de cabecera, voy a indicarte que hagas una terapia cuando acabes de recuperarte.

--No quiero ir al sicólogo.

--No pensaba mandarte al sicólogo, solo quiero que te des la oportunidad de mejorar tu vida. Yo misma te voy a acompañar a un grupo que funciona en el hospital, cuando vengas a tu primer control.

--¿Un grupo para qué?

--Para que puedas entender, que no sos la única con el corazón partido de dolor, pero que no todos sufren las consecuencias de esta forma tan penosa. Te espero en una semana en el consultorio. Tu abuela puede acompañarte.

La abuela de Malena, se levantó de su asiento nuevamente para saludar a la médica.

Una lágrima corría por su mejilla arrugada, a pesar de la cual, se le había dibujado una sonrisa de esperanza."

 Los Cuentos de Luis Alberto. 

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