Cuando el invierno cubría mis días,
y el eco del alma callaba tu voz,
llegaste despacio, sin prisa, sin ruido,
como un sol que despierta el fulgor.
Tus manos tejieron la luz en mis sombras,
tus ojos sembraron caricias en mí,
y en cada latido que vuelve a la vida,
renace el amor que creí que perdí.
Me devolviste el amor sin pedirlo,
sin exigirlo, sin condición,
como el río que besa la orilla,
como el viento que abraza al sol.
Hoy llevo tu sonrisa bordada en mi pecho,
y en cada suspiro florece tu voz,
porque en tu ternura hallé mi refugio,
porque en tu alma encontré el amor.
Y ahora mis pasos recorren senderos,
donde la esperanza florece en abril,
porque tu amor es faro y es Puerto,
es la promesa de un nuevo vivir.
Si alguna vez la tormenta regresa,
si el miedo susurra su oscuro rumor,
serás mi abrigo, mi estrella encendida,
la llama eterna de nuestro amor.
Autor. Luis Alberto Morales.
Seudónimo. Luis Alberto Del Alba.
Reservados todos los derechos de autor.
Escrito en Casablanca Valparaíso Chile.
comoescribeunangel.blogspot.com
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